Para mí, la poesía reside en encontrar el sentido estético y emocional oculto en lo cotidiano. Es mostrar lo escondido y encubrir lo evidente; un ejercicio de especulación que realizo para entender la forma que tengo de narrarme mis interpretaciones sobre la vida y de dignificar mis emociones a través de un lenguaje sensible donde las imágenes y los recuerdos convergen en el paisaje.

El lenguaje es un código que fragmentamos. Muchas veces también se afirma desde la negación. Podemos conocer un objeto, una persona o una situación desde lo que no es, desde lo que no se ve, desde lo que carece: desde la ausencia. De este modo, el vacío aparece como un ente positivo; por la sombra aparece la figura, por la huella aparece el camino. Así pues, el recuerdo se manifiesta como un vestigio, una sucesión de historias entrelazadas.

Algo significativo en mi trabajo es la reivindicación de lo manual, es decir, la valoración del oficio, su permanencia y la labor deliberada sobre lo material. En la extensión de este proyecto, mi propósito ha sido la búsqueda de soluciones pictóricas a través de la experimentación y la unión de diversas disciplinas como lo son el dibujo, la poesía, la impresión con tipos móviles, el grabado y la estampa. Estas consideraciones dan forma al aspecto temático de la obra: una reflexión sobre temas como la identidad, la memoria, la ausencia, lo efímero, el silencio y la muerte (no definida ésta última como condición final de la existencia humana, si no como un ciclo infinito de posibilidades).

En mi perspectiva, el paisaje natural teje una narrativa poética de estos paréntesis o intervalos donde apreciamos las relaciones de tiempo y espacio como un retrato del presente que está continuamente en proceso y representación.

Desde un punto de vista personal, la obra emerge de la catarsis y la resiliencia que surgen de la emancipación de algunas vicisitudes de la vida que no son únicas ni ajenas a las demás personas. Este proyecto, busca cuestionar y abstraer desde el absurdo un estado de entendimiento donde todo nace, se desarrolla y muere, (tal como en la naturaleza) y poder  encontrar la belleza en cualquier proceso.

Finalmente, concuerdo con Camus cuando afirma:

“Debemos imaginar a Sísifo feliz”.
Albert Camus, El mito de Sísifo

Georgina Montes